Ahora sé que te amé
con esa fiebre animal
que azota los sentidos.
Dejando hablar a mis dedos,
alimentando instintos.
Y ahora sé que me amaste
a golpe de labios cerrados,
lejanos y certeros.
Como se desea la lluvia,
que acaricia la vida tras los cristales,
para alimentar el frío de tu alma
con mis retales.
con esa fiebre animal
que azota los sentidos.
Dejando hablar a mis dedos,
alimentando instintos.
Y ahora sé que me amaste
a golpe de labios cerrados,
lejanos y certeros.
Como se desea la lluvia,
que acaricia la vida tras los cristales,
para alimentar el frío de tu alma
con mis retales.
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