lunes, 30 de abril de 2012



Comparte mi cuerpo
con la fantasía
de la tentación consumada
Entrégate,
sin miedo a fracasar,
a la fruta de mi vientre,
ya madura.

sábado, 28 de abril de 2012


Bajo tu cielo,
el tiempo se detiene.
Espero,
con mi vida reposando entre tus manos,
que mi piel quede libre
de todo menos de tu boca.

 

Me recreo,
adormecida,
en el calor de tus labios.
Evoco
tu lengua hecha niebla,
entre mis muslos,
entregada.



viernes, 27 de abril de 2012



Tus manos.
Carnales,
tiernas,
llenas de vida.
Me llevan al éxtasis,
a un placer
único y definitivo.
Me llevan a ti.



jueves, 26 de abril de 2012



Prisionera de tus piernas...
Te siento en mi,
prescindiendo de mis ojos,
olvidando mis manos,
escapando de mis miedos.
Sin ser más que deseo,
sinrazón, inconsciencia...
Cedo sitio a mis instintos
para vivir
a través de tu cuerpo.

miércoles, 25 de abril de 2012

 
En mi boca,
ardiendo.
Suave,
amargo,
alterando el tiempo.
En mi cuerpo,
firme.
Desatado,
lujurioso,
rozando el cielo.





martes, 24 de abril de 2012



Vencida por la tentación
dibujo tu cuerpo,
vivo en mi memoria.
Me aferro a tus besos.
Me refugio en mi piel vencida.
Me derramo en lágrimas
de carne,
a la espera de entrar de nuevo en ti,
con el dolor de mi herida, pesando sobre  mis alas rotas.



lunes, 23 de abril de 2012



Como un libro en blanco,
abro, sincera, mi cuerpo.
Pasa mis páginas
con tus dedos,
para poder leer,
sobre mi piel,
aquellas palabras
que aún no han roto tu silencio.




domingo, 22 de abril de 2012



Entra en mi
con tu cuerpo
tras abandonar tu mente,
como se abandona todo aquello que ata.
Anida en mis silencios sin rutina,
sin nada que no sea tu mismo.
Cubre mi carne dormida
hasta hacerla despertar
sobre tu piel.
Cobija tus besos entre mis piernas
para esconderlos de todo,
hasta de mi misma.




sábado, 21 de abril de 2012




Despojada de ti,
alejada del cuerpo que
hasta ayer fue tuyo,
me reconozco en todas las veces que pude morir,
cuando evitaste recordar mi nombre.

viernes, 20 de abril de 2012



Mis manos sustituyen tu cuerpo.
Me acerco a ti a través de mis dedos que,
a tientas,
recorren el camino abierto por tus caricias.
Me recreo en tu ansia por conocer mi alma.
Llego a ti sin más demora
que el placer de imaginarme
amada otra vez por ti.






jueves, 19 de abril de 2012



La música de mi cuerpo
hace bailar tus caderas,
al compás de las notas
que marcan mis dedos
sobre la partitura
de tu piel.




miércoles, 18 de abril de 2012

Desnudame
desde el recuerdo,
sin utilizar tus manos.
Amame
sin nada más que tu mirada,
hasta hacerme libre.
Come la manzana
que reposa,
tentadora,
en mis caderas.
Encuentra
el paraíso perdido,
en mi cuerpo deseado.



NIP*

De forma inconsciente se desentiende de todo lo que le rodea.
En ese momento, nada de lo que sucede tiene para él importancia: ni la reforma laboral que ha echado a miles de personas a la calle, ni las anteriores protestas de los estudiantes por el frío que entra, desafiante, a través de algunas ventanas de los Institutos, cerradas con cartones.
Nada merece su atención. Desbordados sus pensamientos con el recuerdo de aquellos ojos negros. La imagen se le antoja inevitable, obligándole a situarse en un plano tan alejado que se pierde en la inmensidad de la calle, entre la multitud que, increpante, le rodea. En ese rápido viajar por las heridas de su memoria, el regalo de aquel cuerpo adolescente, desnudo y sin ataduras, toma relieve con sus nuevos detalles, hasta acariciar las curvas que le conducen a toda velocidad al deseo de volver a tenerla entre sus brazos.
Se somete, silencioso y distante, a una realidad que le deja vencido y le aleja de una vida que creyó eterna durante seis semanas.   
Seis semanas. Cuarenta y dos días en los que el único rayo de sol que le iluminaba fue el de esa piel, bañada en el agua espesa de sus besos. Cuarenta y dos días en los que, a pesar de sus 38 años, volvió a la adolescencia de la mano de un amor libre, desprovisto de todo menos del ansia de amarla una y otra vez, sin tener nunca suficiente. Todas las imágenes acuden  a su día a día de forma involuntaria; se superponen unas a otras para herirle, para desorientarle. En permanente ausencia fuera de todo lo que no suponga su recuerdo, demasiado vivo para merecer ese nombre.
La lucha que mantiene ahora es, como siempre, contra sí mismo.
Primero fue el miedo a enamorarse de una adolescente de cuya primera imagen recuerda una carpeta llena de fotos, y un pantalón que dejaba ver, insolente, su ropa interior. Después, el primer beso, el deseo vencido, el amor carnal y ese cuerpo en sus manos. Ese cuerpo, nunca su alma. Porque, sin saberlo, nunca le perteneció. Ella siempre esperó, silenciosa y esperanzada, la versión moderna y marginal de otro amor definitivo que, con su presencia, arrasase con lo que hasta ese momento era su vida.
Su llegada le redujo a la nada. A lo que siempre había sido: un hombre gris, incapaz de satisfacer a cualquiera y encerrado bajo un uniforme, lo único que le daba valor.
En un gesto casi automático, acaricia el trozo de fieltro que, sobre su pecho, le identifica a través de un número profesional. Se asegura de que no lo tiene. Mira en todas direcciones y encuentra, de inmediato, un joven que le recuerda su propia miseria, el asco en que le ha sumido su propia impotencia para conservar lo único que merecía la pena en su vida.
Ajusta su visera al mismo tiempo que abre las piernas para no perder el equilibrio. Apunta y dispara. Observa cómo la gente rodea, nerviosa, al joven, que cae desplomado.
En su interior un pinchazo de placer golpea su vientre. Apunta de nuevo y dispara aleatoriamente, en otra dirección. El placer va en aumento, pero por un instante es consciente de que no disminuye el asco que siente hacia sí mismo.



                                       (yfrog.com/moiphoaj)
* Número de Identificación Personal




martes, 17 de abril de 2012



Mi cuerpo,
ese templo lejano
que adoras con devoción
pagana,
se recrea en ti.
En la carne que mi boca pueda besar,
en la piel que mis manos
deseen abarcar,
en los silencios que en mi garganta hagas quebrar.




lunes, 16 de abril de 2012



Sobrevivo al frío de tu ausencia
enredada en mi.
Atrapo tus recuerdos
en cada uno de los rincones de mi cuerpo.
Conservo en mi piel
el calor de tus manos,
vacías de vida
ahora que no me acarician.

domingo, 15 de abril de 2012



Me observo desnuda
ante el espejo.
Mi piel como la tela que te adormece,
te deleita,
te da aire.
Miro mi cuerpo
y no me veo
si no es a través de tus ojos.
   




sábado, 14 de abril de 2012


Junto a mi cuerpo sometido,
el placer de sentir
sin ataduras,
sin promesas,
las mil vidas
que encierra el calor de tu aliento.

viernes, 13 de abril de 2012



Mi cuerpo,
lienzo en blanco
sobre el que tus caricias
trazan el mapa de tus fantasías.




jueves, 12 de abril de 2012


Las estrellas envidian mi piel cuando,
cada noche,
tu boca redibuja mi cuerpo,
deseo y agua.

miércoles, 11 de abril de 2012

Me desnudo lentamente.
Me leo en el reflejo
de todo aquello que,
agradecido,
me devuelve mi imagen iluminada.
Me balanceo una y otra vez
y renaces,
irremediablemente,
en cada uno de mis gestos.

lunes, 9 de abril de 2012





Me recreo en las sábanas
que aún conservan tu aroma.
Me desnudo
sobre las huellas
de tu cuerpo ausente.
Cubro mi alma
con piel,
para acariciar
tu recuerdo,
y subir otra vez al cielo.

sábado, 7 de abril de 2012

Arribará tu cuerpo
a mi playa solitaria.
Quemará mi piel el calor
de tus labios.
Caerá la madrugada
sobre tus olas
que me arrastrarán,
como un náufrago,
hasta una orilla
hecha carne.

jueves, 5 de abril de 2012







Mi lengua se desliza sobre tu piel.
Tus dedos miden el interior de mi cuerpo;
Mi boca llega, por fin, a tus caderas.
Necesito que estalles, inevitablemente, entre mis labios.

martes, 3 de abril de 2012


Conocerte ha supuesto encontrar
ese espejo que me devuelve una imagen,
hasta ahora,
desconocida de mi misma.
Cada rincón de mi cuerpo refleja el inmenso placer de verme reflejada en la persona que amo.


lunes, 2 de abril de 2012

Me cuesta tanto recordar cómo era todo
antes de que vinieses a mi vida,
que soy incapaz de verme en otro cuerpo y otra alma que no sean los tuyos.


domingo, 1 de abril de 2012



Me gusta recrearme en nuestros rituales,
expresión de una intimidad silenciosa
que nos sigue definiendo.
Me ahogo en esa ceremonia carnal
que se inicia con mis manos
sobre el inmenso mar de tu cuerpo.