Me acerco

Me acerco,
despacio y sin mesura,
descalza,
silenciando mis pasos,
y mi alma, desnuda.
Te espero lejos de mi,
de cualquier tiempo,
mi carne abierta,
mi deseo enfermo.
Llego a ti
para que pintes mis labios
con tu fuego,
el mundo entre mis piernas latiendo,
y el placer al imaginar tu lengua,
despierto.

Abres cielos

Tu lengua recorre incansable mi cuerpo
hasta convertirlo en agua.
Abres cielos,
desencadenas tormentas,
conviertes en locura
mi deseo de beber de tu  pecho.
Sin más paisaje que nuestras pieles
ardiendo al morir con cada beso.

Olvidaste mi nombre entre otros versos

Me hiciste morir cada vez que no pensaste en mí,

que silenciaste mis besos sobre otros labios,

que me amaste en distintos cuerpos,

que olvidaste mi nombre entre otros versos.

Que tu deseo despierte

Que tu deseo despierte,
me inunde, me haga fuerte.
Que silben las balas de tus manos al rozarme,
me acribillen,
me traspasen,
que no dejes un milímetro de mi piel
libre de la batalla de amarme.
Que no regrese ningún tiempo,
que mi carne se abra
y arda en tu fuego.
Que sólo reconozcas tu cuerpo
cada vez que crezcas en mis labios
y te atraviesen mis besos.

Desde la distancia

Desde la distancia,
desde ese tiempo
que inunda el campo
donde libramos la última batalla.
Desde mi alma,
que ante el recuerdo de tus besos agoniza,
me hundo en ese sueño que fue amarte.
No hay besos que me alimenten
si no salen de tu boca,
ni mi corazón late
si tus manos no se deslizan entre mi ropa.
Refleja mi piel el paso de las horas
mi carne se enreda en tu recuerdo...
La herida de tu cuerpo atravesando el mio
no cicatriza.

Recuerdo aquella vida

Recuerdo aquella vida
en que mi vientre creció
ante las caricias de tus labios.
Desorientada,
recorro la inmensidad de mi cama
con la esperanza de empaparme
de los restos de tu alma.
Mi cuerpo, húmedo y extraño,
muere al reencontrar esos momentos
en que cobré forma entre tus manos
y olvidé todas las palabras,
para decir tu nombre.

Lléname de ti

Lléname de ti con tus palabras,
cúbreme de calma con tus abrazos,
rellena mi carne devastada con el calor de tus besos.
Sáciame de ti,
alimentando este furor que me enloquece,
arranca todos mis recuerdos
empapando mis rincones
con la humedad de tu cuerpo.

Camino bajo tus sábanas

Camino bajo tus sábanas
para estremecerte entre mis manos.
Te encuentro en  tus húmedos lienzos,
sin más ropa que mis labios
sobre tu cuerpo.
Respiro tu deseo,
busco un lugar donde puedan morir mis besos,
mientras me adueño de tu placer hecho silencio.
Me derrotas en cada batalla
en la que tu cuerpo grita
y el mundo que nos rodea,
calla.

La llave de tu memoria

Recordaré
todas las noches
que amé sin decir tu nombre.

Viviré
de nuevo mil vidas encerradas en mi cuerpo.
Esperaré,
en el umbral de amaneceres
dibujados con mis manos,
el regreso de mi cintura a tus labios.
Contaré,
caricia a caricia
tu cuerpo en el mio como historia.
Cerraré
todas mis puertas con la llave de tu memoria.

Sueño con que me albergue tu pecho

Sueño con que me albergue tu pecho,
con marcar a fuego las fronteras de tu cintura
y envolverme en tu  cuerpo,
en una dulce y fatal aventura.
Muero en tu misterio,
dueño de mi sinrazón
y razón de mi locura,
cadena que me ata tu piel,
que te inunda y te renace
en el morir de mi sentidos.

Casi tocar con mis manos

Casi tocar con mis manos
el fuego que alberga la inmensidad del deseo,
y sentirte desde todos los ángulos de mi memoria entreabierta.
Casi morir con cada caricia,
con cada roce de tu piel
azotando las paredes de mi invierno.
Casi dejar las palabras para cuando necesitemos desconocernos.

De tus besos

De tus besos,
de tus manos,
de todos los sueños
que te hacen esclavo.
De tus miedos,
de tus cielos,
de esta espalda que acaricias
para llegar a mi infierno.
De tu sonrisa,
escrita en mi piel a fuego,
de esas curvas que humedecen,
al deshacerse en tu boca.
De cada uno de los pecados
que te hacen derramarte,
de ti tengo hambre.

Te moldeo con mis dedos

Te moldeo con mis dedos,
te cobijo entre mis manos,
te recorro con mi lengua,
resbalas entre mis labios.
Marco a fuego y saliva
las líneas que el tiempo
marcó en tu vida.
Te leo poco a poco,
libro abierto y dibujado mil noches
en mi  mente enfebrecida.
Y no tengo suficiente.

Cada minuto

Cada minuto
dentro de mi cuerpo
tiene la intensidad
de esa piel que se obstina
en nacer de tus caricias.
Cada momento
en que te respiro,
mi desnudez te da la vida
en un silencio que muere,
en ese amanecer que me hiere
cuando abandonas mi lecho.

Bailo

Bailo,
me muevo en el aire
a la espera de que llegues
y me queme tu piel,
me reescriba,
beba de todos mis pliegues.
Mientras,
tus ojos miran
el dibujo de mi cuerpo,
desbordado de deseo.
Tras los cristales
la luna espera,
en silencio,
que me llenes de vida
con el calor de tus besos.

Tus manos

Tus manos.
Carnales,
acogedoras y tiernas,
encienden mi deseo.
Me encierran,
me acorralan,
me dan vida.
Me llevan al éxtasis,
a un placer
sin tiempo ni medidas.
Vuelvo a recordar
el momento en que partí,
y en que mi cuerpo,
canción inacabada entre tus dedos,
bailó sobre tu piel nuestra melodía.
Tus manos
me llevan a ti,
me alejan de todo norte
al lento compás de tus acordes.

Deja que me acerque a ti

Deja que me acerque a ti,
que mi piel sea el unico abrigo
que te cubra cada noche.
Lleva el aroma de mi piel
en cada etapa
que forme tu vida.
Usa el calor de mi lengua
para cicatrizar tus heridas
y cubre mi cintura
con tus manos,
haciendo de cada amanecer un viaje
con nuestros cuerpos
como único equipaje.

Tinieblas

Tinieblas
El mundo se deshace en pedazos,
me pierdo en el devenir de las noches vacías,
de la orfandad de tus brazos.
En esta nada
sin tu boca enredada en mi cuerpo,
en este morir tuyo en otros besos...
En la sinrazón de tu recuerdo.

Seré

Seré lluvia,
me vestiré de cuero,
me cubriré de seda,
ataré el deseo de amarte
con frío acero a tus muñecas.
Moveré el mundo,
acariciaré tus sueños
y derretiré tu tiempo
entre mis dedos.
Tu cuerpo
dejará de ser carne,
mi boca
verá la luz
en lugares que habitan sombras.
Sangre que hierve,
luna creciente.
Detrás de ti,
mi pasión,
ante ti,
mirada ardiente.

Soñando que aspiro tu humo

Soñando que aspiro tu humo,
que recorro, veloz,
el firme trazado de tus curvas.
Recreando mis sentidos
en el suave paisaje
que me devasta,
que me inunda.
Haciendo de esta noche a tu lado,
que arrastra cualquier tiempo,
esa carrera que me lleva
a morir en tu oscuridad como meta.

Me vierto en palabras

Me vierto en palabras,
en suaves caricias,
en esos momentos
que nunca vivimos.
Convierto en vergel mi desierto,
me transformo en carne,
me invento,
me acerco a ese escenario
que es mi deseo al acecho,
y me derramo en el preciso momento
en que mis manos,
ajenas y sin freno,
dejan de pertenecerme
para ser tu recuerdo.

Abro la boca

Abro la boca
esperando encontrarte.
En este incierto viaje
desde mis entrañas hacia ninguna parte
en el que carezco de sentidos,
entras por mis venas,
te extiendes como suave marea.
Descansas, libre de miedos,
en las cimas ardientes de mis pechos,
resbalas derrochando caricias,
inundando de lujuria la espera.
Me convierto en una muñeca entre tus manos,
me envuelvo en el regalo

que te espera entre mis ojos cerrados
y mis piernas abiertas.

Quiero crecer en tus manos

Quiero crecer en tus manos,
alejar de mi lo vivido,
olvidar todo lo que mi cuerpo ha sido,
y no ver más que tus ojos
reflejados en los mios.
Respirar el aire que me den tus besos,
y desandar todos los caminos,
para nacer de nuevo en tus brazos
con mi piel
pegada a tus labios.

Amarte hasta que...

Amarte hasta que no me quede vida,
hasta que abrazar tu cuerpo
arrastre mi deseo,
y ser capaz
de sobrevivir a la locura
de no poder alcanzarte.
Amarte hasta que el mundo se aleje,
hasta que me abrase el roce de tus caderas,
y que mi vientre en el tuyo
sea nuestro único eje.
Amarte hasta que el viento me lleve
a ese mundo que se esconde
tras la linea de tu cuerpo
como único horizonte.
Amarte y abrir todos los caminos
de regreso al liquido universo
que forman tu cuerpo y el mio.

Tu silueta me llena de luz

Tu silueta me llena de luz,
viaja envuelta en el encaje
que resguarda tu cuerpo
de cualquier oleaje.
El blanco que te cubre se me antoja
lienzo virginal,
esperando a ser pintado con el pincel de mi lengua.
Mi cuerpo crece a la sombra
del deseo que me llama,
luz en tu ropa,
temblor en tu piel,
libertad en el alma,
y tu blancura,
seda y calor
que me convierte en lava
cuando rompes mi cintura.

Mis manos abarcando el mundo

Mis manos abarcando el mundo,
desoyendo las voces que me alejan del lecho,
del cuerpo, de todo lo que me impida ser tuyo.
Mi mirada recreada en el único horizonte
que me lleva a ese mágico instante
en que amarte me hace olvidar mi nombre.
Mi cuerpo muriendo en tu cuerpo,
desatando pasiones,
ganando partidas,
viviendo en tu piel mi deseo de amar,
de volver a la vida.