martes, 31 de julio de 2012

No puedo con mi cuerpo



No puedo con mi cuerpo
limpio de tus caricias.
Con mi alma
vacía de tu memoria.
Con mi presente,
pronunciando todos los nombres
menos el tuyo.



lunes, 30 de julio de 2012

A traves de mi herida



A través de mi herida abierta me inundas,
me sobrecoges,
y piso con fuerza
las sábanas
que te separan
del resto de los hombres.

domingo, 29 de julio de 2012



Necesito olvidar los caminos recorridos,
preciso partir hacia mi desnudez,
sin más distancia que la existente
entre quien fui y quien soy.



sábado, 28 de julio de 2012

Sin prisa,
en silencio,
con ganas,
sin tiempo.
En tus ojos,
en tu cuerpo,
en el espejo de mi sueño,
descansa tu memoria
entre mis besos.

viernes, 27 de julio de 2012



Se adentró en la tormenta
y dejó que la lluvia
la cubriese de caricias.
Comprendió que ya no le amaba
y, de repente,
el sol se abrió paso entre las nubes.

jueves, 26 de julio de 2012

Él fue mi alma,
mi desatino,
mi desaliento.
Se convirtió
en mi norte,
mi paraíso
mi consejero.


Alejó de mi alma  vendavales,
pesadillas,
desconciertos.


Me convirtió
en su diosa,
su cortesana,
su cenicienta.



Fue la revolución
que hizo de mí,
deseo hecho carne,
corazón sin miedo,
amor envuelto en sexo.

miércoles, 25 de julio de 2012



Duro como el acero
es mi deseo de amarte.
Te recorro con mis manos
y arrastro,
bajo mis dedos,
todo lo que posees
y que no me pertenece.

martes, 24 de julio de 2012

OIDO


Se le cierran los ojos con demasiada facilidad. El cansancio acumulado tras nueve horas de viaje le pasa, inevitablemente, factura. Cierra el ordenador y tras una ducha rápida, se dirige a su dormitorio. Abre la ventana de par en par, para que el aire que entra a través de las cortinas, le facilite el descanso. Conecta la radio para oír el programa que, cada noche, le ayuda a dormir. Con el volumen suficiente para adormecerle, el silencio y las paredes de la casa, filtran los ruidos, ayudados por la fragilidad de una construcción barata.
Como cada noche, la joven que habita el piso al otro lado del rellano, enciende la luz de su habitación que, a su vez, ilumina el patio de luces al que asoma la ventana de la habitación donde él intenta conciliar el sueño. Tras una breve cena, ella volverá a su habitación, para, como él, tratar de descansar. Pero hoy es diferente.

Hoy no viene sola.

Al principio sólo le llegan los susurros, unas voces mínimas que cobran relevancia en medio del silencio. Que le hacen imaginar una habitación en la que dos cuerpos se desnudan con la prisa de dos desconocidos. En unos minutos, los susurros se transforman en el único lenguaje en el que se hablan sin descanso. La imagina sobre la cama, esperando a que él se acomode entre sus piernas abiertas y la acaricie lentamente. Recorre su cuerpo, primero con las manos para, más tarde, delimitar los contornos con su saliva. Desde el cuello, suave como la seda, hasta unos pechos que adivina pequeños y firmes. Ella aún no tiene suficiente, a juzgar por la intensidad de sus gemidos, que aumentan a medida que pasan los minutos. Por eso sueña con ser el otro cuerpo, bajando hasta su cintura, disfrutando cuando abarca, primero con sus dedos, más tarde con su lengua, las paredes húmedas de su útero. En ese momento, un gemido se le antoja tan cercano que se imagina a él mismo, recogiendo los restos de ese placer, que resbalan en el interior de su cuerpo, para devolvérselos con un beso. Casi al mismo tiempo él se acaricia con la urgencia de quien necesita escuchar el placer ajeno para poder gozar del propio. En su habitación, en soledad, llega a si mismo a través de del final de otros.

Cuando los latidos de su corazón se normalizan, se levanta para abrir las cortinas. El calor le invade impidiéndole respirar, a pesar de que ha permanecido varios minutos estirado en la cama, con la mente en blanco. Dirige la mirada a la ventana situada justo enfrente. Entonces la ve a ella, fumando, despeinada, y con una camiseta pegada al cuerpo empapado de sudor. Al verlo, ella tira el cigarrillo, lentamente, se recoge el pelo con una goma y, sin dejar de mirarle, se desnuda, dejando al descubierto sus pechos, pequeños y firmes.





Mi alma alberga un grito
que sólo tus manos pueden transformar
en quince segundos de éxtasis.



lunes, 23 de julio de 2012



Logré acariciarte con la memoria
a la espera de tenerte a mi lado,
pero ni mis caricias te hicieron regresar,
ni alejaste de mi cama el frío.



domingo, 22 de julio de 2012



Soñó que el mar mojaba su cuerpo.
Era la respuesta,
a través de sus sentidos,
a esa piel que,
al amarla,
le regalaba un pedazo de vida.

sábado, 21 de julio de 2012

Te miro una y otra vez.
Descanso en tu inexistente perfección.
Me recreo en todos tus vértices,
sin olvidar tu alma,
para hacerte saber
que tu belleza
nace del deseo
que vive en mi,
permanente e inagotable,
de amarte sin tregua.

viernes, 20 de julio de 2012



La ropa interior separa
tu cuerpo de mi lengua.
Ambos sabemos que sólo tu,
tienes la palabra que derriba
la frontera que nos separa.

jueves, 19 de julio de 2012



Redactas sobre mi piel en blanco
las rimas de tu deseo,
moviéndote al compás de mi cuerpo.
Una tarde de poesía
desborda las sábanas de lluvia.

miércoles, 18 de julio de 2012



Recordaré las veces que te ame
sin decir tu nombre.
Soñaré que me fundo,
desesperada,
en tu cuerpo...
Cerraré mis puertas
con la llave de tu memoria.



martes, 17 de julio de 2012



Tendré que mudar la piel,
olvidar las palabras aprendidas,
negar los caminos andados
y cerrar los ojos,
para dejar de verte
en otros rostros.

lunes, 16 de julio de 2012



Ahora tendré que buscar
un lugar distinto para mi cuerpo,
para mi alma y para dejar mi piel,
hecha girones,
descansando sobre tu recuerdo.

domingo, 15 de julio de 2012



Sobre mis sábanas reposan
los restos de mi cuerpo
derrotado.
Mientras en mi almohada
sobreviven,
intactos,
pedazos de tiempo
llorando tu ausencia.

sábado, 14 de julio de 2012



Cometiste el error de amarme
a través de tu mirada.
Ahora,
cautivo de mi cuerpo,
no percibes más luz
que la de mi sonrisa,
cada vez que te amo.

viernes, 13 de julio de 2012



Dibujo tu cuerpo
paseando mis dedos sobre tu piel,
agrietada por los recuerdos
del hombre que nunca fui,
hasta que me cobijé
en tus brazos.

jueves, 12 de julio de 2012




Ámame sin ningún pretexto,
llevame hasta esos rincones de tu cuerpo
donde habitan las ruinas.
Consígueme ese pedazo de cielo
en forma de lecho.

miércoles, 11 de julio de 2012



Su cuerpo se rompió,
esparciendo sus pedazos
por la habitación.
Recuperó la consciencia
y los recogió,
uno a uno,
para volver a ser la mujer
que nunca fue.



martes, 10 de julio de 2012



Creeré en religiones que nunca profesé.
Olvidaré las letras de los nombres,
las hechuras de los cuerpos
con que soñé cada noche.
Sonreiré con el mundo en contra,
porque te besaré
y viviré de nuevo.



lunes, 9 de julio de 2012



Regreso a ti con la mirada.
Visto mi cuerpo
para seguir albergando
las huellas,
que al amarme,
dejaste
sobre mi piel.

domingo, 8 de julio de 2012



La luz besa tu cuerpo
poco antes
de que lo haga yo.
Te amaré,
con todos mis sentidos,
sin importarme más,
que despojar tu piel,
de todo lo que no sea el roce de mis labios.

sábado, 7 de julio de 2012



Dibujo tus curvas
con mis dedos temblorosos.
Me acerco a tu cuerpo
hasta que tu piel
me quema,
hasta que me hace respirar,
hasta que vuelvo a sentirme viva.

viernes, 6 de julio de 2012



Me escondo en tus labios
antes de sumergirme
entre tus piernas,
de beber tu piel
sin más recuerdo,
que las noches que soñé
amanecer junto a tu boca.



jueves, 5 de julio de 2012



Negro sobre blanco.
Tormenta sobre calma.
Realidad sobre sueño.
Deseo sobre miedo.
Tus manos sobre el silencio.



miércoles, 4 de julio de 2012



No imagino mi vida
lejos del sabor de tu boca.
No recuerdo más letras
que las que forman tu nombre.
No necesito más suerte
que la de acariciar tu cuerpo.
No olvido otra cosa que mi cuerpo vacío de ti.






martes, 3 de julio de 2012



Esa pesadilla
que llega a mí
en forma de recuerdo,
me convierte en tus manos
para acariciarme,
aunque estés ausente.



lunes, 2 de julio de 2012



Mis esquinas,
regalo para tus manos,
que forjan mi cuerpo
sobre el mapa
de una piel abandonada.


domingo, 1 de julio de 2012



Cada minuto
dentro de mi cuerpo,
tiene la intensidad
de una vida que muere,
cuando abandonas mi lecho.