Seré la luz que ilumine tu lecho ...

Seré la luz que ilumine tu lecho,
la piel que brille en tu ausencia
esperando tu regreso.
Me desnudaré en tu despedida
conjurando miedos,
para evitar que mi deseo
y tu recuerdo languidezcan.
No creceré,
a pesar de enredarme en tu memoria,
ni volveré a sentir calor
si no encuentro tu cuerpo
en lugar de abrazar mi sombra.

Desconozco tu cuerpo

Desconozco tu cuerpo
a pesar
de haberlo
dibujado más de una noche
con el pincel tembloroso de mis dedos.

Desconozco tu cuerpo
aunque más de una tarde
sometí tu piel
a mi capricho
de bañarla en mil sabores.

 

Desconozco tu cuerpo
a pesar de ese recorrido
hacia ninguna parte,
de ese viaje,
a veces desganado,
a otros sueños,
y a un espejo que refleja
impertinente,
tu imagen en todos los lechos.

Ni mi piel que suda tu nombre ...

Ni mi piel que suda tu nombre
ni mi cuerpo libre y desnudo
son nada sin tus labios.
Ni tus noches
entre mis caderas,
ni tus labios a la deriva
entre mis piernas,
sentirán deseos
de abandonar mi carne,
hasta que el sueño te venza.

Deja ...

Deja
que rasgue tus cuerdas
con mis dedos de fuego,
que encuentre
la melodía secreta
que se oculta en tu cuerpo.

Deja
que tu espalda y la mia
sobrevivan al silencio,
y creen la profunda armonía
de recorrerse nota a nota,
con nuestras bocas
como instrumento.

Quiero que me ames con tu boca ...

Quiero que me ames con tu boca,
sin decir ni una palabra.
Que despiertes
mi cuerpo dormido,
que te encuentre la madrugada,
con mi carne
entre tus labios.
Quiero que descubras
en mis sábanas empapadas,
ese deseo que aguarda
el final de tu viaje,
muriendo entre mis piernas.

Me recreo en tu recuerdo ...

Me recreo en tu recuerdo,
en cada una de tus frases,
en todas las veces
que,
sin pretenderlo,
ha temblado mi cuerpo,
me han desnudado tus manos,
te sentí
cabalgando sobre mí,
sin más deseo
que olvidar las madrugadas desiertas,
tras hundirme entre tus piernas.

Estos labios ...

Estos labios
deben probar el mejor vino,
sentir que
de cualquier piel que tocan,
son abrigo.
Estos labios
que te besan
y dan vida,
que no dan una noche
a tu lado por perdida,
guardan tu secreto
y recogen
los pedazos de tu cuerpo,
cada vez que se rompe
con uno de mis besos.

No deseo ser más que sol ...

No deseo ser más que sol
para acompañarte
en este instante.
Sobre tu piel mis caricias
como único equipaje.
Mis dedos, aprendices
de tus curvas,
con un sabor nuevo,
con tu luz como paisaje.
Las paredes de tu cuerpo
humedeciendo mis manos,
derrumbando soledades
en cada uno de sus viajes.

Te limito con mis manos ...

Te limito con mis manos,
frontera de placer
en carne viva.
Me das calor,
me entregas vida,
y me reconozco
en cada uno
de los rincones
que no enseña tu sonrisa.
Me llenas de fe,
pero renuncio
a toda creencia
que no dibujen tus caderas
cuando te meces sobre mí,
haciendo
que el mundo se aleje.

Escojo ...

Escojo
que ni siquiera
el sol me toque
cuando no lo hagan tus manos,
que ni el aire me roce
si antes
no lo hicieron tus labios.

Escojo
no alimentarme
si no es con tu boca,
no encender una vela
si con ella no se ilumina,
junto a tu cuerpo,
la noche.

Acordes ...

Acordes
sobre tu espalda.
Canción de amor
de mis manos,
curvas de vértigo
sobre el pentagrama
ardiente de mi cama.
Sonata de invierno
que mece tu cuerpo
en mis entrañas.

Tras la luz ...

Tras la luz
brilla tu cuerpo,
piel abocada a mis caricias,
a mis manos sin prisas,
al deseo
de que abandone su firmeza
para hacerme morir
con cada una de sus entregas.

Vivo, muero ...

Vivo
respirando el aire
que dejaste hilvanado
en las costuras de mi piel.
Muero
cada noche
sin el calor de tu aliento,
sin dibujar con mi lengua
la poesía que alimenta mi cuerpo.

Serás ...

Serás
mi único mandamiento,
mi credo palabra a palabra,
mi carnal evangelio.
Serás
mi religión más profana,
mi noche sin abstinencia,
mi pecado
y mi confesión cada mañana.

Quiero ...

Quiero eliminar las distancias
con mi cuerpo en tu cuerpo.
Sin medidas,
sin recuerdos,
sin viajes de otros tiempos.

Quiero que llegue el día
abrazada a tu pecho,
para olvidar todas las guerras
en esta tregua de invierno.

Que tu lluvia moje mis tierras
y mi piel se convierta en hierba,
que la luz de nuestras siluetas
acabe con las tinieblas.

Mi vientre se rinde ...

Mi vientre se rinde
a tus labios,
y te alimento con mi espada
que aun dominada
te vence,
renazco al entrar en ti
y respirar con un único aliento.
Cruzo el umbral del placer
y me rindo
después de morir
en cualquier rincón de tu cuerpo.

Te lloro ...

Te lloro
con mi alma de niña herida.
Mi cuerpo
agoniza
en la soledad de tu abandono.
Mi piel,
amansada por tus caricias,
recobra vida
al hundirse en el océano
de tu recuerdo.

Tu desnudez me arroja ...

Tu desnudez me arroja
al abismo carnal de tu cuerpo.
Sobre tus curvas circula
a toda velocidad,
mi deseo
irrefrenable de amarte.
Sin quitarte la ropa,
aguardaré el momento
en que tu piel
grite mi nombre
con solo un gemido.

Con la urgencia ...

Con la urgencia
de beber en tus besos
y con tu cuerpo desnudo
en el balcón de mis manos,
de la sensación
de no saciarme de ti
me siento otra vez preso.

Me atrevo ...

Me atrevo
a alimentarme
de la oscuridad carnal
que habita
en los rincones
de tu cuerpo.
Convierto mi boca
en mis cinco sentidos.
Me albergas,
sensual y atrevida,
te deshaces en mí
y me haces vivir nuevas vidas.

Repito las letras ...

Repito las letras
que forman tu nombre,
que alejan mi cuerpo
para siempre,
de cualquier hombre.
Me entrego
al placer de amarte
sin más arma
que la humedad
de mis manos,
todavía con tu sabor
en los pliegues
el de mi piel.

Entre mis piernas...

Entre mis piernas
me vives,
me moldeas,
me engrandeces.
Haces arder mi piel
mientras me enloqueces,
cada vez que emprendo un viaje
desde mi vientre a tus caderas.

Sin más horizonte ...

Sin más horizonte
que dejar de ver el mundo
para habitar tu universo.
Sin otro camino
que el marcado
por la constelación
de tus lunares.
Sin más regreso
que mis labios, mojados en ti
y en todos mis despertares.

Descansan mis manos ...

Descansan mis manos
en ese hueco de mi cuerpo
lleno de tu memoria.
Habitan,
llenas de ti,
en todas las esquinas
que aún guardan ese sabor
que mezcla mi deseo y tus sueños.

Deja que me abra a ti ...

Deja que me abra a ti,
que me acerque sigilosa
a la realidad de mi deseo.
Deja que olvide
que existe más mundo
que el que encierran
las murallas de tu cuerpo.
Deja que tenga por cierto
la verdad de tu miel
en mis labios,
y el sabor a café en mis besos.

Tras la ventana ...

Tras la ventana,
mi cuerpo crece
firme e irreductible,
encerrado
tu carnal prisión,
que me condena.
Me recreo
en tu piel,
ya mia
y me deshago en ti.
A contraluz.

Me ato a ti ...

Me ato a ti
como la yedra se ata,
indómita a un tronco.
Para sobrevivir
a las horas que muero
en la oscuridad de tu abandono.
Para saber
que la carne que me alimenta,
me hará sentir viva
hasta tu retorno.

Te dejo crecer libre ...

Te dejo crecer libre
a la sombra de mis labios,
al calor de mi boca
que te acoge
venciendo una vez más,
los placeres
que nos arrebató la noche.

12 meses 12 metas

1 - Cuando veas a alguien que sufre, ponte en su lugar. Si no lo haces tú, la vida lo hará por ti.

2 - Si un sueño no se hace realidad, abandonalo o se convertirá en pesadilla.

3 - No mientas ni siquiera a quién te haya mentido. El silencio y la ignorancia son las respuestas más ensordecedoras.

4 - Nunca lastimes a nadie. Mucho menos a quién, en algún momento, ha curado tus heridas.

5 - Guarda espacios para tu soledad, para reflexionar y conocerte mejor. Amarte a ti mismo te enseñará a amar a otr@s.

6 - No tengas prisa por vivir ni pausa para amar. Usa tu capacidad y tu deseo como medida.

7 - Respeta los olvidos y descuidos que tengan hacia ti. Piensa que siempre habrá quien te recuerde sin que tú lo sepas.

8 - Nunca mires atrás si no es para asegurarte que el cielo que ayer fue tormentoso, hoy está libre de nubes.

9 - Que ningún sentimiento te esclavice, ni el amor, ni el odio, ni por supuesto, el sentimiento de culpa.

10 - No dejes nada para mañana. Quizás el mañana no te de una segunda oportunidad.

11 - Piensa y ayuda a quién lo necesite. El tiempo te enseñará que hacerlo es una forma de ayudarte a ti mismo.

12 - No pierdas tu tiempo en alguien incapaz de construir ni un solo sueño. Y que si lo tiene, no se esfuerza en cumplirlo.