lunes, 24 de febrero de 2014

Tu piel como abrigo


Crucé ríos,
subí montañas...
Busqué paisajes
en los que desdibujar mi alma.
Me incliné a beber, sedienta,
en todos los ríos,
y mis labios siguieron secos
hasta que vestí tu piel como abrigo.

Y en ese momento
encontré el mundo
en cada uno de tus pliegues,
desterré mi miedo
y amanecí, por fin,
en el horizonte que formaron
tu cuerpo desnudo y mis besos.







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