sábado, 15 de febrero de 2014

Bajo la tela rasgada





Dejar atrás lo vivido, lo amado,
los pasos que nunca dimos...
Los laberintos en que abandonamos el alma,
tras haberla vendido.
En la tempestad, alzar el vuelo,
dejarme caer sobre tu piel
sin importar lo duro que puede ser,
hacer sin ti, cualquier camino de regreso.

Tras probar tus labios,
impregnar tu risa y tu anochecer
del más sensual de mis venenos.
Esperar,
bajo la tela rasgada 
de la memoria ya vencida,
los versos sin anudar
a mi cintura.
Escribir, con los dedos temblando,
sobre la carne muda. 


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