Hazme morir en cada beso

Hazme morir en cada beso,
en cada tarde,
en todos los intentos
por encontrar en tu cuerpo
mi único alimento.
Hazme sentir que me alejo
del desolado terreno
en que se convierte mi piel
hasta tu regreso.

Llena de lluvia mi cuello,
mi madrugada, mis inviernos,
convierte el agitar de mi lecho
en mar que me arrastra
hasta esa orilla en calma
que es tu piel quemando mi espalda.