jueves, 5 de diciembre de 2013

Me inclino hacia todos tus cuerpos.


Me inclino hacia todos tus cuerpos,
me abandono en todos tus brazos,
me desnudo en todos tus sueños.

Te pronuncio en todos los nombres,
y te surco con mi lengua
en la piel de todos los hombres.

Le digo a mis manos que,
aunque rodeen otro cuello,
imaginen que es al final de tu espalda,
dónde temblorosas alzan el vuelo.

Le susurro a mi pecho
que alimente todos los deseos,
en un vano intento
por imaginar
que sacia el hambre de tu lecho.

Le pido a mi boca
que se ahoge en todos los labios,
que arrase todos los vientres,
que siempre recuerde
que nada es como
sentir
tus caricias llenando mi invierno.


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