domingo, 8 de diciembre de 2013

Herida

Herida.
La carne abierta, el dolor en mi alma,
sangrando por todas mis vidas.
Esperando el momento de enterrar tu traición
y borrar el veneno que dejaron tus labios, 
de olvidar que aquel mar en que nadé, 
acabó convertido en un charco.
Herida.
Fuera de toda razón y de cualquier tiempo,
conjurando tu nunca jamás 
con cada viaje a todas las carnes,
y bebiendo el licor de mis sueños
con la pasión que derroché al amarte.
Herida.
Dejando caer mi ropa con tenaz melancolía,
enredando los suspiros de mi pecho
en amanecer de leche y miel, de lluvia y prisas.
Robando a ese no morir en tus besos
el sensual rozar mi dolor con una sonrisa.

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