jueves, 24 de octubre de 2013

Habrá que esperar


Habrá que esperar
que baje la marea,
que no quede más que mi lujuria
reposando, serena, sobre tu espalda.

Habrá que esperar
que mis besos se cubran de arena,
que nuestros cuerpos se deshagan
en mar, sal y olas.

Habrá que esperar
que la locura de hundirnos
en nuestro deseo desbocado,
nos encuentre a solas.

Habrá que esperar
que no caiga la tarde
sin que el miedo de amarnos
venza mi tentación de reescribir,
con mi boca, el sabor tu carne.


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