lunes, 22 de septiembre de 2014

El fiero despertar de mis instintos


Déjame hacer de ti
todos los amantes que imagino,
hambriento, devorar tu carne,
y dejar en tu piel el aroma
que antes reposó en una copa de vino.
Deja que ya no luche más
contra el fiero despertar de mis instintos,
que tu océano en mi boca
sea lo único que hoy me embriague.
Déjame vestirte con mi saliva,
encontrar lo que hasta hoy no fui,
en tu vientre como tormenta,
y que si la vida nos obliga,
nos amemos como animales.


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