martes, 2 de septiembre de 2014

Despertar.


Despertar aunque no amanezca,
a pesar de no ser mi pecho
el reloj de arena
en el que tu boca se enreda.
Despertar en tu recuerdo,
al que me abandono,
sin remedio,
y sentir que tu cuerpo
me arrastra al invierno.
Despertar con el calor de mis manos,
con tu olvido en mi piel,
y el sabor de tu cintura quemando mis labios.







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