Que nunca haya un encuentro
entre dos cuerpos,
que desesperados,
se sueñan.
Que el placer
que en íntima y tortuosa soledad
se vive,
renazca en un amanecer sin nombre,
en el que sentirnos libres.
entre dos cuerpos,
que desesperados,
se sueñan.
Que el placer
que en íntima y tortuosa soledad
se vive,
renazca en un amanecer sin nombre,
en el que sentirnos libres.
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