Mis
labios te acogen,
ansiosos y egoístas,
mientras mi boca,
libre de las ataduras de tu lengua,
perfila el final de un silencio.
Casi tocar con mis manos
la urgente inmensidad de tu cuerpo,
casi sentirte desbordando todos mis rincones
hasta llenarlos de escarcha,
casi dejar las palabras
para cuando necesitemos desconocernos.
ansiosos y egoístas,
mientras mi boca,
libre de las ataduras de tu lengua,
perfila el final de un silencio.
Casi tocar con mis manos
la urgente inmensidad de tu cuerpo,
casi sentirte desbordando todos mis rincones
hasta llenarlos de escarcha,
casi dejar las palabras
para cuando necesitemos desconocernos.
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