Vuelves a mi cuerpo,
a mi cuerpo de piernas cerradas,
a ese vivir sin darme tregua
en cada una de mis mañanas.
Te abrazo,
me arrojo a la hoguera de tus labios
y al hacerlo,
la realidad no me devuelve más que aire.
Te encuentro
a cada paso que doy,
en caminos tortuosos,
en mares nunca surcados,
en este cuerpo marcado
por no haber sido devorado por tus labios.
a mi cuerpo de piernas cerradas,
a ese vivir sin darme tregua
en cada una de mis mañanas.
Te abrazo,
me arrojo a la hoguera de tus labios
y al hacerlo,
la realidad no me devuelve más que aire.
Te encuentro
a cada paso que doy,
en caminos tortuosos,
en mares nunca surcados,
en este cuerpo marcado
por no haber sido devorado por tus labios.
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