sábado, 24 de agosto de 2013

Me propuse dejar de amarte



Me propuse dejar de amarte, sí,
pero de una forma extraña.
Dejé de soñarte a todas horas,
mis ojos ya nunca te buscaron,
llené mi mirada de extraños paisajes,
y enterré, una a una,
las letras que forman tu nombre.

Me encendí cada noche bajo la luna,
suturé mi piel, herida de olvido,
el pulso firme y el corazón frío,
y en la ceniza de mi soledad
ardió nuestro ayer con mi último cigarrillo.

Hasta que llegó ese momento,
revestido de temporal y árboles derribados,
y mi despertar sucumbió de nuevo a la tormenta.
Caí de nuevo en el infierno
de imaginar tus dedos donde sólo estaban los mios;
de beberte, trago a trago, como una copa de buen vino

Me propuse dejar de amarte, sí,
pero tras volver a sentirte,
sé que no me sirvió de nada.


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