Cansada de no morir en tu pecho,
de vendar mis ojos
para que me no me cieguen los sueños.
Derrotada entre restos de un comienzo
y agotando mi alma en cada intento.
Cansada de morir de frío
sin la caricia urgente de tus manos,
de sentir la humedad de mis rincones,
y estos labios heridos por tus besos
en los que ardí a fuego lento.
Cansada de esta batalla perdida,
de otros cuerpos en mi boca,
de la misma pesadilla.
De la nada tras la tormenta,
de amar con locura
a un alma que ya no siente,
que se alimenta de carne vencida,
que mata en lugar de morir
para sentirse viva.
de vendar mis ojos
para que me no me cieguen los sueños.
Derrotada entre restos de un comienzo
y agotando mi alma en cada intento.
Cansada de morir de frío
sin la caricia urgente de tus manos,
de sentir la humedad de mis rincones,
y estos labios heridos por tus besos
en los que ardí a fuego lento.
Cansada de esta batalla perdida,
de otros cuerpos en mi boca,
de la misma pesadilla.
De la nada tras la tormenta,
de amar con locura
a un alma que ya no siente,
que se alimenta de carne vencida,
que mata en lugar de morir
para sentirse viva.
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