martes, 5 de marzo de 2013

Sin espejo en el que mirarme.

Sin espejo en el que mirarme.
Sin más piedras
que tu adiós
rompiendo mis cristales.
Ya no habrá
más horas breves,
ni tu lengua derribará mis paredes.
Ya mi boca
no te hará subir al cielo,
ni tu deseo
crecerá en mi cuerpo.
No alimentarás mi vientre,
ni te veré morir cuando amanece.
Tu cuerpo y tu alma
ya no me pertenecen.





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