Aquí estoy.
Mitad paraíso, mitad infierno,
sumergida en inconscientes deseos,
anegada en imposibles sueños.
Imaginando que tus labios me besan,
soportando el peso de mis noches,
sugiriendo húmedos besos
y despertando con reproches.
Aquí estoy.
Con el alma hecha girones,
con tu pecho y su calor
martirizando todos mis rincones.
Sin nada que darte
si no es mi vida reflejada en tu adiós
y mi naufragar en cada uno de mis instantes.
Aquí estoy,
Tropezando a cada paso con el charco
que queda tras la derrota de mi cuerpo
huérfano de tus caricias,
lejos de tus manos.
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