A todos los rincones
que albergue tu miedo.
A cualquier esquina
que merezca la espera.
A toda religión
que acoja mi credo.
A aquel instante
en el que se beben
los cuerpos.
A esas caricias
que llevan al cielo.
A mi deseo
de atrincherarme
para siempre,
en el frío de tus besos.
que albergue tu miedo.
A cualquier esquina
que merezca la espera.
A toda religión
que acoja mi credo.
A aquel instante
en el que se beben
los cuerpos.
A esas caricias
que llevan al cielo.
A mi deseo
de atrincherarme
para siempre,
en el frío de tus besos.
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