Abarco el mundo entre mis dedos,
someto el delicado nacer
de mi tormenta
al sentir tu latir entre mis manos.
Nada se extiende más allá
de mi lecho y sus silencios,
de mi cuerpo y su delirio,
de ese deseo
por sentirme dentro.
someto el delicado nacer
de mi tormenta
al sentir tu latir entre mis manos.
Nada se extiende más allá
de mi lecho y sus silencios,
de mi cuerpo y su delirio,
de ese deseo
por sentirme dentro.
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