Y aún dudas si te amo...
Yo, que imagino que la ciudad nos mira
mientras me haces el amor tras los cristales.
Que muero por las letras de tu nombre,
que entono en voz baja tus silencios
para que el hambre de ti no me derrote.
Yo, que imagino que la ciudad nos mira
mientras me haces el amor tras los cristales.
Que muero por las letras de tu nombre,
que entono en voz baja tus silencios
para que el hambre de ti no me derrote.
Y aún dudas si te amo...
Yo, que leo tu piel en todos los cuerpos,
que me brindo a tus amaneceres
para inundarlos de deseo.
Que moriría y mataría
si no fuesen mis labios,
los que enfebrecidos, recorriesen tu cuerpo
y en tu agitado despertar,
te bebiesen.
Yo, que leo tu piel en todos los cuerpos,
que me brindo a tus amaneceres
para inundarlos de deseo.
Que moriría y mataría
si no fuesen mis labios,
los que enfebrecidos, recorriesen tu cuerpo
y en tu agitado despertar,
te bebiesen.
Y aún preguntas si te amo...
Quizás no del todo.
Tal vez sólo te amaré hasta desbordarme
cuando te reflejes, empañado,
en mi mirada.
Tal vez mañana...
Quizás no del todo.
Tal vez sólo te amaré hasta desbordarme
cuando te reflejes, empañado,
en mi mirada.
Tal vez mañana...
Leo tus poesías, aunque me hacen daño. Culpa mia, el corazón no hace caso a la mente y prefiere hacer omisión de lo que la mente ve y el corazón es ciego. La duda es un tormento cruel Tus poesías preciosas. Perdona este ridículo comentario, es la "madrugá". Me adentro quizás demasiado, culpa tuya que que haces sentir. Mi felicitación
ResponderEliminarGracias por tus palabras y por sentir de ese modo lo que escribo. Es un lujo trazar esas pinceladas en un alma ajena y sí, la duda es tormento cruel, uno de los peores, te doy la razón. Y no hay comentario ridículo cuando lo escribimos con algo más que palabras.
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