Mis labios no te besan,
se incrustan en ti,
te atraviesan.
Se clavan en tu piel
como un hierro candente,
se hunden en tus grietas,
te hablan,
se convierten en tus cadenas.
Remueven tus cimientos,
son como ráfagas de viento
que cubren tu desnudez,
te succionan,
te vacían por completo,
y al mismo tiempo,
te invitan
en el que habitan otros labios
que te besan, pero no te hablan.
se incrustan en ti,
te atraviesan.
Se clavan en tu piel
como un hierro candente,
se hunden en tus grietas,
te hablan,
se convierten en tus cadenas.
Remueven tus cimientos,
son como ráfagas de viento
que cubren tu desnudez,
te succionan,
te vacían por completo,
y al mismo tiempo,
te invitan
en el que habitan otros labios
que te besan, pero no te hablan.
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