Recorrí el mundo
y alejé de mí
lo que no llevase tu nombre.
Me dejé llevar, aquella tarde,
por el mojar de tus labios,
y no hubo más mañana
que un verso sin rima,
que el invierno,
sobre la piel de mi alma.
y alejé de mí
lo que no llevase tu nombre.
Me dejé llevar, aquella tarde,
por el mojar de tus labios,
y no hubo más mañana
que un verso sin rima,
que el invierno,
sobre la piel de mi alma.
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