Llueve.
Mi cuerpo desnudo,
empapada mi alma,
y convertidos mis deseos en muros.
Llueve.
Me inunda ese aroma
en que tus caricias se reflejan
se hace recuerdo,
me desborda y se aleja.
Llueve
para condenarme a la pena
de revivir tu calor en mis pliegues
deshaciendo costuras,
llenando mis grietas
con ese sabor que hoy amarga,
y que ayer me llenó de dulzura.
Mi cuerpo desnudo,
empapada mi alma,
y convertidos mis deseos en muros.
Llueve.
Me inunda ese aroma
en que tus caricias se reflejan
se hace recuerdo,
me desborda y se aleja.
Llueve
para condenarme a la pena
de revivir tu calor en mis pliegues
deshaciendo costuras,
llenando mis grietas
con ese sabor que hoy amarga,
y que ayer me llenó de dulzura.
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