Te dibujo desnuda,
abierta a mis deseos,
encerrada en tu cuerpo libre,
trazando tus lineas a fuego
en mis noches desapacibles.
Te dibujo ardiente,
sin encontrar un color que te merezca,
tu inocencia y mi miedo
plasmando mi pincel,
inevitable pintura fresca.
Te conservo sobre mis hojas en blanco,
cuerpo y alma asomados
al vértigo de tu barranco,
de cimas, cuevas y recodos
elevados al cielo de mis manos.
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