Llenas mi boca.
Te acaricio
con la ardiente
suavidad de mi lengua.
Te cobijo,
sacio la sed de ti
a través de mis sentidos.
Me impregno
una y otra vez,
de todos los sabores
que la vida convirtió
en tu esencia.
Te deshaces
mientras cierro mis labios,
mientras espero el momento
de volver a tenerte dentro.
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