En tu perversa imaginación
envuelves,
enredadera de piel,
las fronteras de mi cuerpo.
El camino
que ayer marcaron
tus manos temblorosas
permanece abierto,
carnal y abandonado.
Lejos de ti,
anudada a tu recuerdo.
envuelves,
enredadera de piel,
las fronteras de mi cuerpo.
El camino
que ayer marcaron
tus manos temblorosas
permanece abierto,
carnal y abandonado.
Lejos de ti,
anudada a tu recuerdo.
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