Acaricia,
rastrea
con la yema de tus dedos,
los rincones de mi piel.
Hasta empaparla de ti,
hasta que no quede nada
en ella que no sea tuyo.
rastrea
con la yema de tus dedos,
los rincones de mi piel.
Hasta empaparla de ti,
hasta que no quede nada
en ella que no sea tuyo.
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