Adiós al despertar en tus brazos,
a sentir cómo el mundo zozobra
cuando tus caderas en las mías cobran forma.
Al manantial de tu cuerpo,
a ese dejar de ser uno
para tocar juntos el cielo.
Abandono mi cuerpo a tu memoria,
sembrado tu lecho
de mi lujuria y mi aroma.
Dejo mi piel, mi alma y mis sueños
derramados sobre tus sábanas rotas.
Te regalo el sabor de mi boca,
que llevarás siempre contigo
aunque ames a otra.
a sentir cómo el mundo zozobra
cuando tus caderas en las mías cobran forma.
Al manantial de tu cuerpo,
a ese dejar de ser uno
para tocar juntos el cielo.
Abandono mi cuerpo a tu memoria,
sembrado tu lecho
de mi lujuria y mi aroma.
Dejo mi piel, mi alma y mis sueños
derramados sobre tus sábanas rotas.
Te regalo el sabor de mi boca,
que llevarás siempre contigo
aunque ames a otra.
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